Sobre mí

Soy Darío, orfebre y artesano.

Mi oficio comenzó como una búsqueda personal y con los años se transformó en un camino de vida: trabajar con el fuego, el metal y la memoria para dar forma a símbolos que acompañan a las personas en sus momentos más profundos.

Cada joya que diseño y forjo nace de un proceso íntimo, casi ritual. En mi taller el tiempo se detiene: escucho la historia de quienes me visitan, imagino junto a ellos la pieza que mejor represente su vínculo, y luego dejo que mis manos hablen en el lenguaje del metal.

Mis creaciones no buscan ser solo accesorios. Son recuerdos para toda la vida.
Anillos de matrimonio, collares únicos, encargos especiales… todos comparten una misma esencia: están hechos a mano, con dedicación paciente y respeto por el arte de la orfebrería.

Me inspiro en lo medieval, lo natural y lo místico. Esa mezcla me permite dar vida a diseños que son simples pero profundos, cercanos y a la vez únicos. Cada joya se convierte en un puente entre lo material y lo simbólico, entre la belleza que se lleva puesta y la historia que se lleva dentro.

Trabajo con personas que valoran lo auténtico, lo hecho a mano, y que saben que una joya no es solo un objeto, sino un testimonio de amor, compromiso o identidad. Mis piezas pueden ir desde los $180.000 hasta los $5.000.000 CLP, dependiendo de la complejidad y materiales, pero más allá de su valor material, cada una guarda un significado que no tiene precio.

Forjar joyas es, para mí, una manera de acompañar a las personas en los hitos de su vida. Mi mayor orgullo es que cada cliente sienta que aquí no compra, sino que crea junto a mí un legado que permanecerá por siempre.